Historia

Tras la Reconquista de Morella en el siglo XIII por Don Blasco de Aragón para el Rey Jaume I, la Vega del Moll, la más fértil de todo el término morellano, fue donada como premio a la familia de En Guillem Brusca, quien había acompañado a Don Jaime en la conquista de la ciudad.
Los señores de En Brusca con el devenir de los años pasaron a ser los Condes de Creixell, y se hicieron construir su residencia, capilla incluida, junto a una masía ya existente. La vivienda recibió el nombre de “La Casa Gran” por la desmesura de sus proporciones en comparación con las de la casa de los masoveros adyacente, mucho más pequeña. Desde La Casa Gran, no muy lejos de Torre Gargallo, se divisa toda la Vega del Moll.
Torre Gargallo fue, antiguamente y durante muchos años, una torre de vigilancia de las cosechas y del paso del río, al igual que otras masías de la Vega del Moll, como Torre Escuela y Torre Segura. El nombre le viene de la familia Gargallo, que habitó la masía durante varios siglos. En el año 1873 fue adquirida por D. Ramón Segura Jovaní, antepasado de los actuales propietarios.
Actualmente la masía alberga, en sus más de 100 hectáreas de terreno, un conjunto de casas destinadas al turismo rural a la vez que mantiene su actividad como masía, lo que permite a sus visitantes disfrutar allí mismo de celebraciones tan emblemáticas como la siembra (noviembre, diciembre) o la recogida de los cereales que allí se cultivan (julio), principalmente cebada, avena y trigo.